Pensar en el futuro está muy bien, creárnoslo, ganárnoslo y buscárnoslo para tener un bienestar económico y social que todo el mundo, al fin y al cabo, está buscando, pero lo que no podemos hacer es pensar en nuestro futuro y olvidarnos de que hay personas que ya están viviendo ese futuro. La residencia geriátrica Benviure lleva casi una década dando el mejor servicio a nuestros mayores en el área metropolitana de Barcelona.
Empiezo a estar cansada de ver a personas llorando porque no tienen futuro, porque no saben qué van a hacer con sus vidas y porque la idea de la jubilación para inalcanzable pero, por otro lado, se olvidan de que hay personas mayores que ya están en esa situación y de que debemos darles un futuro también a ellos.
Desgraciadamente y debido a la época en la que vivimos, es muy fácil encontrar familias donde todos trabajan muchas horas y no pueden hacerse cargo de sus ancianos. Esto es muy triste pero es la realidad y, además, no podemos olvidarnos de que hay personas que llegan a un punto en el que la necesidad de atención es tanta y su dependencia tan grande que necesita de profesionales en su vida diaria, en su rutina y en sus hábitos y por mucho que queramos ayudarles nosotros no somos esas personas.
Las residencias geriátricas se ocupan de ofrecer esos servicios a nuestros mayores y darles aquello que necesitan, no hay que verlos como el final sino como un estadio más de la vida donde dejamos que otras personas nos ayuden a seguir con nuestra actividad.
Es por eso por lo que hay que confiar en residencias profesionales que dan todo lo que tienen para conseguir el bienestar de sus pacientes, necesitamos saber que nuestra madre, padre o abuelos están en buenas manos y necesitamos verlos felices. Es por eso también por lo que debemos buscar nuestro futuro y mantener el de los que nos han dado su pasado y no olvidarnos de que ellos nos necesitan tanto como los necesitamos hace años nosotros.
Respetar el futuro de nuestros mayores es respetar el nuestro y buscar nuestro futuro conlleva, por necesidad, pensar en todas estas opciones y en cuál es la mejor de ellas, la que más nos conviene y nos interesa o la que más se adapta a nosotros y a nuestra familia.
La necesidad que tenemos todos de ver nuestras necesidades cubiertas cuando no podamos salir a la calle a buscar un empleo porque nuestra edad nos lo impide o, simplemente, porque lleva un momento en el que ya nos merecemos ese descanso es la misma que tienen nuestros mayores actualmente, porque se merecen la tranquilidad de estar donde quieren y deben, sin preocupaciones, sin problemas, sólo con la seguridad de que no les va a faltar de nada y van a tener todas sus necesidades básicas cubiertas, y, por supuesto, muchas más.
En definitiva, no podemos olvidarnos de que el futuro que queremos conseguir es el mismo que debemos dar a los que ya se encuentran viviendo ese futuro.