Ayer leí una noticia que me ha dejado un buen sabor de boca. Hace menos de un año que tuvimos que ingresar a mi madre en una residencia geriátrica. Gracias a una ardua búsqueda creo que hicimos la mejor elección porque hoy en día estamos encantados con Benviure. No voy a decir que sea maravilloso llevar allí a nuestros mayores porque a nadie le gusta tener que ingresas a nuestras madres o padres en residencias geriátricas pero si alguien está buscando información al respecto le diré que es centro totalmente recomendable. La amabilidad del equipo médico es envidiable, mi madre está encantada y nos mantienen informados de todo cada día.
A raíz de todo esto, estoy muy sensibilizada con el tema de las residencias de ancianos y con las actividades que se realizan porque pienso que el hecho de tener que recurrir a los servicios que estos centros ofrecen no significa tener que renunciar a una vida llena de experiencias. Tal vez sea hipócrita porque antes de ingresas a mi madre nunca me había interesado por el tema pero es que a veces hace falta que algo te toque de verdad, a ti misma, para que empieces a abrir los ojos a la realidad que te rodea.
El caso es que mi hijo, que ahora mismo tiene 4 años, ve a su abuela todos los fines de semana pero sé que hay niños que no corren la misma suerte y he tenido noticias de que una residencia de ancianos montó una guardería dentro de sus instalaciones y el experimento ha sido todo un éxito por lo que no estaría de más pensar en hacer algo parecido en todos los centros geriátricos.
Por un lado soy de la opinión de que los niños aprenden muchísimo de nuestros mayores y de que además, gracias a ellos, empiezan a comprender la naturaleza de la vida en su esencia más básica. Y por otro lado lo que veo es que gracias a esta iniciativa muchos abuelos pueden pasar más tiempo con sus nietos, y aún más, que muchos ancianos podrán alegrar sus días con la presencia y la inocencia de estos chiquitines correteando por el geriátrico.
La experiencia ha demostrado que los niños aprenden tal cual como si estuvieran en infantil y los ancianos interactúan con ellos de una forma revitalizadora: les leen cuentos, es ayudan a dibujar y a pintar, les cuentan historias, hacen puzles… y al final todos ganan con la compañía del otro.
En mi opinión esta iniciativa es algo que deberían llevar a cabo más centros en España con el fin de promover esa alegría que los niños desprenden y conseguir también que el apego de los abuelos con sus nietos no se vea perjudicado tras su ingreso en el centro. Me parece una idea maravillosa que pienso apoyar al100% en todos los casos. ¿Y tú, apoyarías esta iniciativa?