Hace pocas semanas tuve que explicarle a mis hijos el motivo por el cual su abuela tenía problemas para llevarse la comida a la boca. Mi madre fue diagnosticada con la enfermedad de Parkinson hace dos años y los efectos que dicha enfermedad le provoca han ido en aumento hasta el punto en el que algunos alimentos, como la sopa o cremas, prefiere no comerlas por el trabajo que le cuesta llevarse una cucharada a la boca sin derramar la mitad por el camino.
El Parkinson es incómodo pero siempre se habla de él con respecto a la calidad de vida que pierden sus pacientes, nunca se habla de los aspectos mentales de la misma. Mi madre, en dos años, ha ido cayendo poco a poco en una depresión de la que intenta salir por sus nietos pero es muy complicado porque su enfermedad está presente las 24horas del día y los temblores le recuerdan constantemente las facultades que ha pedido.
Ella es paciente de una de las mejores clínicas con tratamiento del Parkinson, de la Clínica Benviure a la que podéis acceder a través de su web www.tratamientoparkinson.es y es increíble los avances que hacen allí y lo mucho que nos ayudan a que mi madre pierda la menor calidad de vida posible pero, aun así, es muy difícil de llevar, tanto para ella como para nosotros.
Cuando les expliqué a mis hijos la situación tras una pregunta del más pequeño recibí una grata sorpresa que sacó la carcajada de mi madre, lo que me hizo a mí aun más feliz. Felipe, el mayor, que tiene ahora 11 años, pidió permiso a su padre para investigar en el ordenador, o eso le dijo, y con él al lado (porque no le dejamos usarlo cuando está solo) empezó a buscar en google cosas como “ayuda para el parkinson”, “tratamientos parkinson” y cosas por el estilo, hasta que apareció una noticia suyo titular decía que la cerveza ayuda a prevenir el Alzheimer y el Parkinson.
Tras este descubrimiento se fue hacia mi madre con la información adquirida y le dijo totalmente seguro de sí mismo que él iba a ser médico de mayor y que curaría esa enfermedad y encontraría medicinas tan buenas como la cerveza, que ahora sólo previene pero él hará que cure. Obviamente yo, que no tenía ni idea de qué hablaba, pregunté y su cabecita loca pensó que si a mi marido le gusta tanto la cerveza es porque está buena así que si él consigue que la cerveza cure en lugar de sólo prevenir pues podría curar a su abuela a base de litros de cerveza.
La carcajada por parte de mi madre no se hizo esperar pero lo mejor de todo esto es que realmente pensaba y creía en lo que estaba diciendo. Es increíble las asociaciones de ideas que pueden llegar a hacer las mentes infantiles pero lo bonito es descubrir con ellos su manera de pensar. Es tan fácil ver el mundo como ellos lo pintan…