Viaje de fin de curso. No sé si vosotros habéis pasado por ahí o no porque no todas las escuelas lo organizan pero yo, allá con 14 años, hice mi primer viaje de fin de curso cuando acabé el colegio, la añorada EGB y mi hija, que ahora cumple los 16, se va en Junio a Port Aventura, a celebrar que acaba una etapa y empieza otra en el instituto. Ahora se hace más tarde porque la ESO ha cambiado un poco las edades pero yo casi lo prefiero porque a los 16 se tiene más cabeza que a los 14. Y el año que viene el bachillerato… qué miedo por favor.
Como todos los adolescentes en ese momento, llega la fecha en la que tienen que sacar dinero hasta de debajo de las piedras. Yo ya le dije que el viaje de fin de curso se lo iba a pagar ella así que lleva ahorrando un año enterito. De hecho, esta semana santa, le hemos firmado un papel para que trabaje en un McDonalds. Son sólo dos semanas pero así aprenderá a valorar lo que tiene y le van a poner siempre horario diurno por la edad así que, nos ha parecido bien.
La llevaremos a trabajar y la recogeremos, todos los días, y aprenderá lo que es ganarse el dinero. Pero claro, además de eso, en el colegio van a vender cosas y hacer una rifa para recolectar un poco más. Yo prefiero eso de que cada uno se saque las castañas del fuego como puedo obligar a que todos los padres piensen como yo así que mi hija también participará en la venta de productos ye n la venta de papeletas para la rifa.
Querían vender mecheros a lo que yo, y muchos más padres del AMPA nos negamos porque por muy idílico que suene eso de que el mechero se utiliza para muchas cosas, la realidad es que el 90% de las veces se usa para encender un cigarrillo y no pienso dejar que mi hija contribuya a eso así que al final hemos hablado con momjoyas.com y han comprado un buen armamento de pendientes de plata por menos de 10 euros que los compañeros del curso de mi hija venderán a 13. Van a sacar entorno a unos 5 euros de media por par de pendientes que vendan así que no está nada mal.
Otros ejemplos: trabajar en equipo
Pero por lo que he leído los compañeros de mi hija no son los únicos que montan este tipo de cosas hoy en día. Yo pensaba que era algo que ya no se llevaba pero aún hay chavales que piensan en este tipo de cosas para recaudar fondos para el viaje de fin de curso, como hacíamos nosotros hace ya varios años.
Los niños (más pequeños aún que mi hija) de otro colegio de Ibiza han recaudado 600 euros para el viaje de fin de curso en un mercadillo que montaron el pasado fin de semana. Lo hicieron los alumnos de sexto de primaria del colegio Gertrudis que pudieron hasta 12 puestos en la plaza de Santa Gertrudis y consiguieron recaudar bastante dinero.
Cada alumno tenía que aportar las cosas que quería para venderlas él mismo. Hicieron de vendedores en las paradas y realizaron carteles y toda la promoción del evento. Uno de los niños estuvo sembrando plantas y cactus que fueron las que luego vendió en el mercadillo.
Se trata, simplemente, de demostrarles a los niños que conseguir las cosas cuesta trabajo y que hay que esforzarse y en este caso, los niños de sexto de primaria lo hicieron con el mercadillo. Mi hija lo aprenderá trabajando esta semana santa y otros lo harán de otra manera. Lo importante es que aprendan que no se puede tener todo sin dar nada a cambio.