La docencia es una actividad vocacional, pero también es cierto que se trata de la salida laboral más estable y segura para muchos estudiantes que acaban de terminar la carrera. Tener una licenciatura universitaria no te acredita para dar clase en un instituto. Te explicamos en este artículo los requisitos que debes cumplir y las diferentes opciones que existen para ser profesor de secundaria.
Este año 2023, la Generalitat de Cataluña ha convocado 8.489 plazas a profesor de secundaria. Lógicamente distribuidas en diferentes asignaturas. Desde profesores de matemáticas hasta atención socio-comunitaria. Este solo es un ejemplo de lo necesarios que son los profesores de instituto hoy en día.
La enseñanza es una competencia transferida a las Comunidades Autónomas. Cada año las autonomías convocan oposiciones para cubrir las plazas que quedan libres tras la jubilación de los anteriores profesores y para proveer plazas de nueva creación.
La oposición es la opción más segura para tener un trabajo estable en este ramo. Los preparadores de Oposiciones de Enseñanza, una academia de Valladolid que prepara oposiciones a enseñanza primaria y secundaria, nos dicen que no es necesario esperar a que se convoque la oposición para empezar a preparársela. Cuanto más tiempo lleve estudiando el aspirante, más probabilidades tiene de obtener una plaza en el proceso selectivo.
Cualquier licenciado universitario con nacionalidad española puede presentarse a las oposiciones que se convoquen en cualquier parte de España. Si bien, debe tener en cuenta que en determinadas comunidades autónomas le exigirán un certificado de la Escuela Oficial de Idiomas que acredite que domina la lengua cooficial en ese territorio. Es el caso del catalán en Cataluña, Valencia y Baleares, el euskera en Euskadi y el gallego en Galicia.
Requisitos para ser profesor de instituto.
El blog Orientanet señala que para presentarse a unas oposiciones a profesor de secundaria necesitas cumplir los siguientes requisitos:
- Tener la nacionalidad española o la de cualquier país miembro de la Unión Europea.
- Estar en posesión de un título universitario que acredita que tienes formación suficiente para impartir la asignatura cuya plaza se pretende cubrir. Este requisito se aplica con una cierta flexibilidad. Por ejemplo, para impartir clases de matemáticas pueden opositar los licenciados en matemáticas, pero también los que hayan acabado la carrera de químicas y las de ciertas ingenierías. Por lo general, la titulación requerida se suele indicar en el edicto de convocatoria.
- No haber sido separado mediante expediente disciplinario para prestar servicios en cualquier administración pública ni ser objeto de ninguna inhabilitación para ocupar cargos públicos.
- No ser condenado por sentencia judicial firme a penas de privación de libertad de más de nueve meses.
- No padecer ninguna invalidez, ni enfermedad grave que le imposibilite para el ejercicio de la enseñanza.
- Haber superado un Máster Oficial de Formación del Profesorado.
Máster de Profesorado de Educación Secundaria.
Se trata de un requisito sinequanon para impartir clases en un instituto público o privado. Tanto para hacerlo ocasionalmente, en una sustitución, como de forma permanente.
Si bien se supone que la mayoría de las carreras, tanto de ciencias como de letras, aportan los conocimientos suficientes para impartir clase en enseñanza secundaria, el aspirante a profesor requiere adquirir una serie de habilidades para transmitir su conocimiento.
Este máster viene a sustituir al antiguo C.A.P. (Curso de Adaptación al Profesorado), el cual se estudia una vez terminada la carrera. Este máster enseña técnicas de enseñanza, así como a preparar un proyecto curricular y a ir adaptándolo en función de la progresión del alumnado. Se trata de una formación técnica que viene a complementar los conocimientos académicos que el estudiante ha recibido en la universidad.
El máster suele durar un curso académico, unos 60 créditos, y equivale a 1500 horas de trabajo.
La bolsa de trabajo. Una buena manera de comenzar.
Una vez el estudiante ha terminado su carrera y tiene el Máster Oficial de Profesorado, puede inscribirse en las bolsas de trabajo de la Consejería de Educación de su comunidad autónoma o de aquella en la que vea que tiene más posibilidades para que le llamen.
Estas bolsas son las que se utilizan para cubrir sustituciones e interinajes. Son trabajos temporales y el trabajador tiene un régimen diferente al de los funcionarios. Es una buena forma de coger experiencia y, como veremos más adelante, puede ser muy útil a la hora de adquirir una plaza en una oposición.
Las bolsas de trabajo funcionan por un ranking establecido en función de la antigüedad y del tiempo trabajado. En el momento en el que aparece una plaza por cubrir, se llama al primer candidato disponible de la lista. Si el candidato rechaza el trabajo pierde puestos en el ranking y, por lo tanto, será más difícil que le vuelvan a llamar.
Por el contario, si coge la sustitución, por corta que sea, ganará puntos y ascenderá en la bolsa de trabajo. Por lo que aumenta las posibilidades de que le llamen en poco tiempo y de que vaya cubriendo plazas de interino cada vez más duraderas.
El problema que tiene este sistema es que te adjudiquen una plaza que te coja lejos de tu lugar de residencia y que, por lo tanto, tengas que desplazarte a la otra punta de la provincia todos los días para trabajar.
Hay bolsas de trabajo que históricamente han funcionado muy bien. Es el caso de la de Cataluña, donde hay un alto índice de movilidad y es posible ir encadenando una sustitución detrás de otra hasta cubrir un curso completo. Hay interinos que llevan años trabajando en esta modalidad.
En la bolsa de las Islas Baleares, los institutos llegan a hacer contratos anuales de interinaje. Un instituto reclama a la consejería a un interino, y este se queda adscrito al centro durante todo el curso.
Otra bolsa de trabajo que tiene fama de ser bastante dinámica es la de la Junta de Andalucía. Está dividida por provincias. Aquellas más pobladas como Sevilla, Cádiz y Málaga suelen ofrecer trabajo durante todo el curso.
La oposición.
Las oposiciones son el proceso selectivo para asignar una plaza de funcionario. Un puesto de trabajo de por vida que se le adjudicará a los aspirantes seleccionados.
Como bien nos recuerda un artículo publicado en Europa Press, las oposiciones constan de dos partes. Una parte de examen-oposición y otra de concurso de méritos.
El examen oposición consta de dos pruebas. La primera es el desarrollo por escrito de un tema de entre los 4 elegidos al azar por el tribunal. En el sortero intervienen todos los temas que constituyen el temario de la oposición. En una segunda prueba, el aspirante deberá defender oralmente ante el tribunal una unidad didáctica de su asignatura. Estas dos pruebas dan una nota media que viene a suponer el 60% de la nota total de la oposición.
La segunda parte del proceso selectivo es el concurso de méritos. Partiendo de un baremo preestablecido se valoran criterios como el tiempo trabajado, los másteres y doctorados y los cursillos de reciclaje profesional. Es aquí donde un aspirante que ha sido interino marca la diferencia con uno que se presenta sin experiencia en la enseñanza pública.
En algunas oposiciones la parte del examen es eliminatoria. Solo se valoran los méritos de aquellos que han aprobado con más de un 5. Es el llamado sistema de reposición. En otras, se evalúan las dos partes en todos los candidatos por igual, si bien el concurso de méritos no supone nunca más de un 40% de la nota final. Es el sistema de consolidación.
El edicto de convocatoria de la oposición, publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma, marcará las reglas del proceso selectivo.
Trabajar en un instituto privado.
Existen muchos institutos privados y concertados que no pertenecen al Estado. Se gestiona como cualquier empresa, si bien la consejería de educación de la comunidad autónoma puede revisar las fichas de los profesores para asegurarse de que estén debidamente capacitados para impartir clase.
En este caso se aplican todos los requisitos que vimos en el primer punto, excepto el de la nacionalidad. Cada uno de estos centros efectúa su propia selección de personal. Para tener la opción de trabajar como profesor en un instituto privado, el mejor sistema es enviar nuestro currículo acompañado de una buena carta de presentación.
Cuando el centro requiera un nuevo profesor tendrá una entrevista de trabajo con los preseleccionados. A diferencia de los centros públicos, en los institutos privados no solo se valora la preparación y experiencia, sino que se tiene en cuenta que el candidato se adapte al perfil de profesor que andan buscando. Que esté en sintonía con la línea del centro.
Por lo general, los profesores de enseñanza privada cobran más sueldo que los funcionarios públicos, pero están más desprotegidos laboralmente. Están sujetos a un contrato de trabajo y en cualquier momento pueden ser despedidos. Algo que es más complicado entre los funcionarios.
Si has terminado una carrera y te gusta la docencia, ser profesor de educación secundaria es una buena opción de trabajo. Aunque es cierto que en algunos momentos llega a ser estresante, es un trabajo motivador que te llena profesionalmente.