Joyería, vocación con formación

Ser joyero o joyera no es el sueño de prácticamente nadie. Al menos no es muy habitual encontrar niños o jóvenes que “de mayores” quieran ser joyeros. Si antaño las niñas querían ser princesas y los niños astronautas, por citar dos ejemplos muy comunes, ahora, lo que quieren es ser influercers o youtubers. Con lo que la joyería, dista mucho de ser una profesión con muchos pretendientes. Sin embargo, existe la tradición joyera, y la vocación por este arte que, lejos de estar en desuso, está más de moda que nunca. Porque si algo es cierto en lo que al sector de la joyería respecta, es que se trata de una actividad con gran relevancia e importancia en la actualidad. De hecho, siempre ha sido así.

Donde reside la diferencia es, en la poca importancia que se les concede a los profesionales de este sector, siempre a la vanguardia del diseño y la sofisticación, sin perder de vista lo más clásico y tradicional. A todo el mundo le gustan las joyas, sean de lo más clásicas o vanguardistas. Nadie hace ascos a un anillo, pulsera, colgante o cualquier abalorio de oro y piedras preciosas, plata o unos pendientes engarzados. Sin dejar a un lado los gemelos, alfileres de corbata o todo tipo de ornamentos para lucir en diversas partes del cuerpo.

Siendo así, no está de más preguntarse de donde salen los maestros joyeros. A buen seguro que la inmensa mayoría, aparte de no plantearse este dilema, tienen interiorizado que proceden de la tradición. Que se trata de una profesión que pasa de padres a hijos sin más. Sin embargo, a pesar de la creencia popular, la joyería es una carrera que requiere de esfuerzo y estudio. Cuenta con sus propios estudios y cursos de formación, sobre los que hemos hablado con los profesionales de Serrano Joyeros, con una larga trayectoria en el sector que se remonta al siglo pasado.

Artesanía, creación y reparación

Con estas tres palabras, podríamos definir las labores de un joyero. Se trata de un profesional artesano que se ha especializado en la creación y reparación de todo tipo de joyas. Su misión va más allá de un simple ensartado o engarzado de piedras preciosas o perlas en metales de todo tipo para darles visibilidad. La creación de joyas, requiere de una habilidad técnica y un nivel de creatividad superior, con gran capacidad para poner la atención hasta en el más mínimo detalle.

De tal manera que podemos decir que un joyero es perfectamente capaz de convertir materiales como el oro, la plata o los diamantes y piedras preciosas en piezas únicas y de gran exclusividad. Evidentemente, para lograr esto, debe estar en posesión de un profundo nivel de conocimiento sobre los diferentes materiales disponibles, las piedras preciosas y, por supuesto, las tendencias en diseño y joyería.

Un  joyero profesional, trabaja de forma artesanal, en la creación de piezas únicas, de diseño exclusivo y a medida, pero al mismo tiempo, está capacitado para trabajar en la producción de joyas en serie. Entre sus funciones no solo se encuentra la de crear las joyas más hermosas, también se encuentra la de interpretar las pretensiones y necesidades de sus clientes, con la finalidad de asesorarles en la elección de las piezas.

Por lo tanto, antes de lanzarnos a hablar de la formación que requiere un profesional de la joyería, debemos señalar las funciones específicas y especializadas que posee. Desde la creación de esas joyas únicas hasta la reparación y mantenimiento de las ya creadas.

Dentro del diseño de joyas, el joyero es el que se ocupa de diseñar las joyas, únicas y personalizadas. Esto conlleva realizar trabajos con metales preciosos como los citados, oro y plata, así como las piedras preciosas o semipreciosas. Debe tener buen ojo en cuanto a diseño y estética respecta, al tiempo que posee habilidades técnicas para realizar sus creaciones.

Por otro lado, un buen joyero, repara y restaura joyas. Esto implica ser capaz de realizar soldaduras, ajustar tamaños, pulir y limpiar joyas… Resulta de vital importancia que el joyero tenga ciertas habilidades técnicas precisas a la hora de manipular las piezas.

Evidentemente, es la persona indicada para realizar una adecuada valoración de joyas. Sus capacidades le permiten determinar la autenticidad, calidad y el valor de cada pieza en el mercado. Esto conlleva conocer las preferencias y gustos de los clientes y ofrecer la información necesaria y adecuada sobre los diferentes materiales utilizados para crear una joya.

Por último, debe encontrarse en un continuo estado de actualización, para conocer las últimas tendencias, técnicas y materiales. Algo que implica asistir a ferias, exposiciones, conocer diseñadores con cierto nombre y estar abierto a la innovación y creatividad que requiere un sector como la joyería.

Un perfil profesional muy concreto

Como venimos diciendo, ser joyero no es algo baladí. No se trata de ponerse en un mostrador de joyería y vender pendientes, anillos o collares. El perfil del joyero va mucho más allá de esa imagen comercial. Puesto que se trata de un artesano especializado en la creación de piezas, utilizando como base metales y piedras preciosas, para destacarse en la profesión, es necesario disponer de una serie de habilidades técnicas, altas dosis de creatividad y pasión por este arte. Para ello, existe una formación específica que pasa por la realización de prácticas o pasantías en talleres de joyería que permiten adquirir la experiencia práctica y competencias en la fabricación de las piezas. También es conveniente participar en las diferentes ferias de joyería y exposiciones que permiten dar a conocer el trabajo realizado.

Convertirse en un profesional de la joyería, recordemos que requiere de una adecuada combinación de las habilidades técnicas necesarias, grandes dosis de creatividad y, por supuesto, contar con la formación académica adecuada y especializada. Veamos algunas de las opciones a nivel educativo y formativo posibles, así como los diferentes programas de formación que ayudan en la formación de esta profesión tan interesante como apasionante.

Como primera opción formativa, empezaremos con la formación reglada superior. Porque sí, es posible realizar un Grado universitario en Joyería y Diseño de Joyas. Obtener un título universitario de esta categoría, es una de las formas más habituales de adentrarse en el sector (lo que demuestra que se trata de una vocación más común de lo que podamos creer). Este tipo de programas formativos, combinan teoría y práctica, proporcionando a los estudiantes todo lo necesario respecto a los conocimientos sobre diseño de joyas, técnicas de fabricación, metales preciosos, piedras preciosas, historia de la joyería y mucho más. En algunas universidades es posible encontrar especializaciones en áreas más concretas de la joyería.

Por otro lado, existen diversas escuelas de joyería y talleres especializados. En estas escuelas se ofrece formación práctica y especifica dentro del campo de la joyería. Este tipo de programas formativos, se centran, de forma generalizada en las técnicas de fabricación de las diferentes joyas, el diseño de piezas únicas, el uso de las herramientas y maquinaria especializada para la joyería y el desarrollo de colecciones de todo tipo.

En el caso de querer dedicarse a la identificación de piedras y metales preciosos, existen cursos en la materia. Estos cursos de gemología y metales preciosos, son perfectos para complementar una buena formación en joyería, puesto que brindan a los estudiantes, conocimientos sobre la calidad, el valor y las diferentes características de todo tipo de gemas y metales, en los que se incluyen las diferentes técnicas de tallado, engastado y pulido.

A parte de esta formación académica tan especializada, resulta esencial para todo joyero en ciernes, desarrollar toda serie de habilidades prácticas como puede ser el manejo de las herramientas de joyería. La creatividad y el diseño de las piezas, deben apoyarse en la mayor precisión y atención al detalle posible, puesto que generalmente, se trata de piezas pequeñas.

Como salidas profesionales, la formación en joyería, ofrece un amplio abanico de opciones. Desde trabajar en la industria de la joyería de lujo hasta la consultoría de joyería. Disponer de este tipo de formación, capacita para trabajar en marcas y firmas de reconocido prestigio, diseñando piezas exclusivas para clientes del más alto nivel. Al mismo tiempo, permite trabajar de forma independiente creando joyería artesanal, realizadas a mano, utilizando técnicas tradicionales y materiales menos convencionales.

Por supuesto, como restaurador y conservador de joyas antiguas. Esta especialidad requiere además, estar en posesión de conocimientos sobre historia de la joyería y las técnicas de restauración. Crear joyas personalizadas y bajo encargo, es otra de las alternativas laborales que ofrece la formación en joyería. Además de poder ejercer como formador de nuevos joyeros en alguna escuela de joyería.

Para los más aventureros, existe la posibilidad de trabajar en el mundo del cine y la televisión como diseñador de joyas para producciones audiovisuales de todo tipo. En este campo, el joyero debe ser capaz de adaptarse a cada producción y saber cambiar de registro en función de cada producción, todo un reto a nivel personal y profesional.

Tras este breve repaso por la profesión y formación dentro del sector de la joyería, nos queda más que claro que se trata de una profesión con vocación, pero que requiere de una adecuada formación para poder trabajar en el mismo.

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