Elegir el color de la habitación de un niño puede parecer algo más estético que otra cosa pero, aunque muchos no lo tengan en cuenta, hay cosas que deberíamos plantearnos a la hora de pintar de color las paredes. Si estás pensando en pintar la habitación de tu hijo elije a un buen profesional que te asesore adecuadamente, en Mi Pintor encontrarás todo lo que necesitas a un precio ajustado pero no olvidéis que no es lo mismo que hablemos de un bebé de 0 a 3 años, que de un niño en edad escolar. En este artículo veremos por qué.
El bebé pasa por dos etapas bien diferenciadas. En los primeros meses de vida sus capacidades son muy limitadas y la mayor parte de su tiempo se la pasan durmiendo o comiendo. Si bien es verdad que la mayor parte de los bebés pasan sus primeros meses de vida en la habitación de sus padres, en caso de no ser así, deberíamos escoger el color blanco como color base de sus paredes o un tono pastel que ayudara al niño a estar en calma, que transmitiera quietud y serenidad. Si optamos por el color blanco, podemos utilizar la decoración para dar un toque de color con los peluches, la colcha dela cuna, las cortinas o estores, etc. Si optamos por los colores pasteles deberíamos elegir entre el típico rosa o azul o tonos más modernos como el gris claro o el beige.
Ahora bien, cuando hablamos de un niño en edad escolar cuya actividad es mucho mayor que la de un bebé la cosa cambia un poco. Podemos seguir manteniendo los tonos pasteles en su cuarto, obviamente, pero llegará un momento en el que necesite un pequeño empujón de creatividad y estimulación y para eso los colores de nuestro abanico de posibilidades se amplían enormemente.
Colores a tener en cuenta
- Naranja: es el color del fuego y ha sido escogido como señal de precaución. Expresa regocijo, fiesta y placer por lo que atrae la vista, estimula el apetito, la conversación y la caridad. Es el color de la vitailidad, la alegría y la felicidad. Puede ayudar a los niños a deshacerse del miedo típico a la oscuridad o a los monstruos que duermen bajo la cama o en el fondo del armario.
- Rojo: es el color ideal para los perezosos pero como obviamente nos vas a pintarle todo el cuarto de ese color porque podría darle un patatús cada vez que se levantara lo suyo sería pintar sólo una pared de las cuatro y jugar con los adornos en el resto de las paredes. Por ejemplo, un cuadro infantil con dibujos cuyo marco sea rojo sobre una pared blanca enfrentada a la pared de color rojo que ya hemos pintado previamente. No es aconsejable utilizar este color para los niños nervioso ni excitables, sólo en caso de aquellos a los que les cuesta despegar el pompis del sofá.
- Amarillo: al igual que ocurre con el rojo pasión, es mejor no utilizarlo si nuestro hijo/a es demasiado nervioso/a, pero si no es así, es ideal para llenar de optimismo al pequeño. El color amarillo amplía el espacio y atrae alegría a la estancia. Estimula la capacidad intelectual y el aparato digestivo.
- Violeta, púrpura o lila: es un color relajante que puede ayudar a aliviar la tensión. Debe evitarse en las habitaciones y espacios de juego de niños muy pequeños pero para habitaciones, donde se busca el relax, es ideal.
- Gris neutro: es el color perfecto para combinar con cualquier otro. Gris y rosa, gris y azul, gris y lila, rojo, blanco… Y digo bien que es perfecto para combinar porque no podéis utilizarlo en un cuarto infantil sin esa combinación ya que, en sí mismo y por sí sólo, es un color aburrido que produce desánimo e indeterminación.