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La Importancia de los Abuelos en la Educación de los Niños

Los abuelos son un pilar fundamental en la educación de los nietos, son una fuente de sabiduría y experiencias, además de transmitir auténtica tranquilidad, cariño y estabilidad a los más pequeños.

Por otra parte, de la interacción nietos-abuelos se desprende un beneficio único, ya que los abuelos también se enriquecen emocionalmente con el contacto de sus nietos.

Resulta curioso ver cómo de la crisis también han surgido cosas buenas, como es el incremento en el papel de los abuelos por la cada vez más habitual necesidad de trabajar de ambos progenitores.

La Ciencia confirma los Beneficios de un Contacto cercano entre Nietos y Abuelos

Si bien, parece que cuando la ciencia ratifica esa supuesta verdad nos quedamos más tranquilos.

No tardaría en llegar un grupo de especialistas de la Universidad de Oxford y el Instituto de Educación de Londres para corroborar en su estudio esa verdad que todos conocemos en secreto y es que sí, los abuelos aportan una gran estabilidad emocional a los más pequeños.

De hecho, estos especialistas en Reino Unido realizaron una investigación basada en el estudio y análisis de más de 1600 niños de entre 11 y 16 años. En el estudio se trataba de medir la felicidad de los niños tanto de los que vivían junto con sus abuelos como de los que se criaban sin ellos.

En estudio concluyó que las relaciones cercanas entre abuelos y nietos sirven de amortiguación a los efectos adversos de la vida, como puede ser la separación de los padres, porque estas relaciones calman a los niños y les aportan seguridad.

Así estos últimos años se está viendo un importante aumento del número de niños que son cuidado por sus abuelos, en detrimento de los niños que van a la Escuela Infantil desde sus primeras etapas y más notablemente en familias de clase media ya sea por razones económicas o personales.

Para mí fue una mezcla de ambas, por un lado, no podíamos permitirnos una niñera ni tampoco veíamos necesario que nuestra hija fuera a una Escuela Infantil así que nos fuimos a vivir a Barcelona para tener cerca a sus abuelos.

Lo mejor era que en la misma ciudad estaban mis padres y los de mi pareja así que nos encontramos con una gran red de apoyo que le dio a nuestra hija mucha estabilidad y cariño desde el primer día.

Nos habíamos ido a vivir a Dublín y después de adaptarnos al país y estar muy bien profesionalmente no fue una decisión tan fácil, además en Dublín dan muchas ayudas a los padres con hijos y sabíamos que la situación en España seguía siendo un poco complicada en cuanto al tema laboral.

No obstante, la verdad es que no pudimos tomar mejor decisión porque con la ajetreada vida que llevábamos nos era muy difícil conciliar nuestra vida profesional con la familiar, y como nuestra prioridad era nuestra hija, pensamos que la opción con la que ella iba a estar mejor era teniendo cerca a sus abuelos.

La verdad es que tanto para mis padres como para los de mi pareja la decisión fue un cambio revolucionario en sus vidas, estaban más activos y felices y hacían muchas actividades con mi hija.

Mi pequeña adoraba a sus abuelos, y no solo ella se lo pasaba en grande, así también nos facilitaban muchísimo el día a día sin estreses y teniendo la total certeza de que nuestra pequeña estaba en las mejores manos.

La situación se complicó un poco cuando la madre de mi pareja empezó a mostrar síntomas de Alzheimer. La forma en que toda la familia ayudó y se entregó para ayudarla fue sorprendente, también mis propios padres que le habían tomado mucho cariño ayudaron mucho en el proceso.

Sabíamos que lo mejor iba a ser que tuviera cuidados por parte de profesionales y especialistas en este tipo de demencia, pero no queríamos que estuviera lejos, queríamos tenerla muy cerca para irla a visitar con mucha frecuencia.

Mi madre sabía de alguna amiga que se encontraba en residenciaancianosbarcelon.net Benviure, una residencia de primer nivel situada a tan solo 10 minutos de Barcelona con enormes jardines para pasear.

Aunque mi hija la echaba mucho de menos siempre me decía “mamá vamos al sitio de los jardines a ver a la abuela” para ella era toda una aventura, y aunque era una enfermedad muy trágica la forma en que se llevó en la familia fue sorprendentemente valiente, y me sentí muy orgullosa de que mi hija fuera una fuente de amor y energía para mi nuera durante toda su enfermedad.

 

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