Como profesora de infantil he llegado a un punto en el que, en ocasiones, antes de que el niño o la niña me diga qué le ocurre yo ya lo sé. Y es que hay algunas cosas por las que han pasado todos los pequeños y todas las madres y si las conociéramos todos nos ahorraríamos muchos dolores de cabeza. Por ejemplo, no es ni la primera ni la última vez que tengo que quitarle los zapatos nuevos a una niña o niño de 2 o 3 años. En esa edad tienen los pies muy delicados y hay que saber qué comprarle y qué no. En andandito.com podemos acceder a muchísimo calzado infantil pensado por y para el pie del niño. Merece la pena comprar algo de calidad a estas edades y dejar los zapatos de mercadillo para cuando sean adolescentes y quieran mil pares para combinar.
Lo digo en serio. La semana pasada mismo tuve que quitarle los mocasines a un pequeñajo de unos 3 años porque el pobre casi no podía caminar. Era su día de estreno y obviamente su madre no tenía ni idea de lo que esos zapatos podían ocasionarle a su hijo pero el caso es que el pobre acabo con una herida en el talón, fruto de la rozadura, que hasta le sangraba. En otra ocasión tuve que cortarle las uñas a una niña porque las tenía cortadas de un modo tan cuadrado que se clavaba las esquinas en los deditos de al lado pero no pensemos que es falta de cuidado, ni mucho menos, por parte de los padres, es más bien desconocimiento.
Cuidado con los dientes
Otra cosa que también pasan mucho por alto los progenitores, sobre todo sin son primerizos, es el tema dental. Es común pensar que los niños tan pequeños, con sus diminutos dientes de leche, no van a tener problemas en sus piezas dentales y luego, cuando el pequeño empieza a quejarse y tienen que acudir al dentista, se sorprenden por la cantidad de caries y problemas de encías que pueden llegar a tener. En dentalmorante.es no es la primera vez, ni la última, que actúan ofreciendo charlas y dando información a padres que no saben cómo ayudar a sus hijos a tener una buena higiene bucodental, al menos a unas edades tan tempranas, y es algo realmente importante. Desgraciadamente yo he llegado a tener que acudir a la madre de una niña que tenía tanta alitosis, con cuatro años, que espantaba, y todo era falta de higiene pero no porque la madre no la cuidara o no estuviera atenta a su hija, sino porque era desconocedora de que a esa edad tuviera que tener unos hábitos de higiene bucodental ya adquiridos y rutinarios. Creo que la pobre aún se ruboriza cuando me ve, lo pasó realmente mal cuando habló conmigo porque pensaba que yo la estaba llamando “mala madre” o algo parecido, y nada más lejos de la realidad.
También es muy común que un pequeño llegue a la escuela con estos típicos almuerzos de chocolate, batidos y dulces similares. Las madres piensan que si comen bien no tiene nada de malo que tomen algún dulce y es verdad, no tiene nada de malo, pero “algún dulce” no es sinónimo de almorzar todos los días sándwiches de nocilla, donuts, o palmeras de chocolate. “Algún dulce” es darle algún capricho el fin de semana o un día porque pasas por delante de un horno y al niño se le apetece un cono de chocolate, pero no como una costumbre diaria.
En definitiva: a los padres de hoy en día les falta información, lo que es muy triste porque en Internet se tiene acceso a ella y mucho más y, lo que es más eficaz, se puede acudir a un profesional de la pediatría para pedir consejos y resolver dudas e incluso a nosotras, las educadoras infantiles, pero no sé si por vergüenza o por falta de conocimiento prefieren no hacerlo. Yo les animo desde aquí. No es nada malo y conseguirán grandes cambios.