Creo que adoptar es el mayor gesto de generosidad que existe. Por eso no me gustan esos famosos que se dedican a alquilar vientres de otras mujeres o son padres de manera subrogada. Por eso siempre tuve claro que iba a adoptar. La decisión del país en mi caso fue un poco por azar. En el departamento de adopciones, poco se mojaron y lo único que decían es que era difícil en cualquier sitio. Y es que en España, lo de adoptar es todo una carrera de obstáculos. No entiendo las razones, pero es así.
Acudimos a una asociación por referencia de una familiar y allí nos explicaron la situación de varios países y en concreto de Ucrania nos dijeron que era mucho más rápido que en otros sitios. Nadie nos contó que también es un país con un sistema de adopción muy irregular y que si bien a la mayoría de la gente le va bien, hay gente que lo pasa bastante mal.
Documentación
Los primeros días fueron muy duros. Menudo lío. Comenzaron los sellos, firmas, apostillas, notarios varios, plantillas para no variar ni una palabra…Estos del departamento de adopciones ucranianos son bastantes duros, pero todo se hace con ilusión porque sabes que la alegría va a llegar a tu casa. Para colmo los papeles caducan cada seis meses y es fácil que haya que repetirlos por lo menos una vez o dos, dependiendo de cuando abre el registro en Kiev o que haya que cambiar algún documento porque cambian las normas cada dos por tres. A mi casa llegaban un montón de cartas procedentes de todos los lugares. Para tener todo en regla, decidí acudir a una agencia de traducciones, Eikatrad, para que tradujeran todos los papeles para que estuvieran en regla.
Al principio era buscar una aguja en un pajar. Nosotros no sabíamos de nadie y todo fue buscando en foros y a través de internet. Y claro, dependes de lo que leas. En ocasiones Internet se ve como un peligro. Van pasado los días, los meses, y los años. Todo se hace eterno. Hasta que llega el día. En ese momento te revisan la documentación, la estudian durante 10 días los especialistas formado por psicólogo, abogado y médico y te dan fecha para viajar. Qué ilusión por fin. Recuerdo esos días como los más esperados de mi vida. No llegaba el momento de tomar el avión hacia Kiev.
Primera visita
Nos llevaron al departamento en la plaza de la Independencia, que es como la plaza Mayor de Madrid. Después de recoger el permiso en el departamento de menores viajamos a Jarkiv. El viaje fue por la noche y en tren. Al llegar fuimos a recoger el permiso de la visita a la inspectora y nos pidió que decidiéramos durante esa mañana. Al llegar al centro, la directora nos dijo que le parecía que la niña no oía, después nos la trajeron. Una monada, rubita de añito y medio. Era una niña tan espabilada que nos llegó al corazón.
Así comenzó otro duro camino. El de las visitas, el de tener que convencer a las autoridades ucranianos que éramos una buena opción para esa niña. Ya os digo que por diversas circunstancias no es fácil adoptar en Ucrania. Cuando por fin nos dieron el OK, lo recuerdo como el día más feliz de mi vida. Las emociones son difíciles de poner en un artículo pero creo que fue el día más importante de mi vida. Os animo a adoptar a todos.
