La robustez hace de la pizarra el material más preciado para la construcción de coles

Uno de los temas estrella en relación a la política en España tiene que ver siempre con la calidad de la educación pública que hay en el interior de nuestras fronteras. Y este es siempre uno de los argumentos que se esgrimen a la hora de echar en cara las labores de un gobierno o de otro. Siempre nos parece poca la inversión que se hace en este sentido y la verdad es que, en muchas ocasiones, está más que justificado que exista la crítica porque estamos hablando de un sector tan necesario que no podemos andarnos con medias tintas en este sentido. Cualquier gasto que se realice en este campo merece ser considerado como inversión porque va a reportar beneficios en el futuro.

Hay muchas partidas en las que se puede acometer una inversión en lo que tiene que ver con la educación pública. En muchas ocasiones, se ha hablado de que hay que aumentar el gasto en lo que respecta a la contratación de profesores y profesoras. También se ha hablado de la posibilidad de aumentar el dinero que se invierte en programas como la gratuidad de los libros de texto, que ya sabéis que constituyen un gasto bastante importante en las familias cuando llega el mes de septiembre. Pero, ¿qué hay de las instalaciones en las que se llevan a cabo las clases? ¿Qué hay de esos colegios e institutos públicos? También necesitan que se piense en ellos. Y mucho.

De la calidad de las instalaciones educativas depende en buena medida la calidad de la propia educación pública. Si no contamos con edificios que se encuentren preparados para albergar una actividad tan básica como lo es el impartir una clase, es bastante complicado que los alumnos puedan interiorizar los conocimientos que alguien les está tratando de inculcar. Y es que, en una situación como esa, estarían más pendientes de los defectos de su clase o del edificio en sí que de lo que realmente deben estar pendientes cuando se encuentran dentro del horario lectivo. Y ese es, desde luego, un problema que tenemos que resolver para garantizar que la educación funcione como debe.

Las instituciones públicas parece que se están moviendo bastante en este sentido últimamente. Una prueba de ello es el artículo que vamos a compartir con todos vosotros y vosotras a continuación y que vio la luz en la página web del diario Abc. En él, se comenta que el Ayuntamiento de Madrid iba a reformar 222 colegios a lo largo del verano, una muy buena noticia porque esto va a repercutir, como estábamos diciendo, en la calidad de la educación que reciben los alumnos y en la comodidad con la que afrontan cada día las distintas lecciones esos alumnos. Y es que no cabe la menor duda de que eso es elemental para conseguir lo que nos propongamos en relación a este cometido.

Por otro lado, y como no podía ser de otra manera, también hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano para intentar ampliar el número de colegios, institutos y demás centros educativos que haya en nuestros pueblos y ciudades. Y lo decimos en primera persona porque es algo que las familias tenemos que reclamar a fin de que la educación pueda ser de la calidad que esperamos. Se deben seguir construyendo edificios de este tipo porque hay algunos que se han quedado viejos y que no se pueden seguir usando. Y también porque la demanda hace que sea necesario un número más grande que el que existía hace algunas décadas.

La provincia de Valencia es una de las que ofrece un mejor ejemplo en materia de apuesta por la educación. Ya sabéis que, el año pasado, la zona sufrió una desgracia como la de la Dana que se llevó por delante más de dos centenares de vidas y un montón de pérdidas materiales, entre las que se encontraban colegios enteros. Pues bien, una información publicada en la página web del diario Levante – El Mercantil Valenciano, se indicaba que las instituciones iban a invertir un total de 146 millones de euros en la construcción de 22 colegios e institutos nuevos. Porque se sabe que una sociedad no es la misma si estos centros no se encuentran en las mejores condiciones y no pueden servir para que las generaciones jóvenes puedan desarrollarse tanto como prometen.

La inversión en la construcción y la mejora de centros educativos es algo necesario y todos lo sabemos. Por eso, desde todas las instituciones se viene trabajando sin descanso en todo lo que tiene que ver con la adecuación de las instalaciones de esos centros educativos. ¿En qué se está poniendo el foco en este sentido en los últimos años? Sobre todo en un material concreto: la pizarra. Así nos lo han confirmado desde Pizarras y derivados SL, desde donde llevan seleccionando la mejor pizarra española durante 3 generaciones. Sus empleados lo tienen claro: la robustez de este material le confiere una seguridad a los centros educativos que es lo que ha convencido a los responsables de tomar las decisiones relacionadas con la reforma y nueva edificación de los mismos.

Los resultados están siendo positivos a todas luces en función de la opinión que tienen los profesores que primero dieron clase en un edificio ya echado a la antigua y después han empezado a impartirlas en un lugar mucho más moderno y que tiene en la pizarra uno de sus materiales principales tanto en lo que tiene que ver con las cubiertas como en paredes o superficies. Esto demuestra que un material como la pizarra ha venido para quedarse entre nosotros y para empezar a ser importante de verdad en un sector tan estratégico como lo es el de la construcción en el interior de nuestras fronteras.

Somos un país de referencia mundial en materia de pizarra 

Mucha gente todavía no lo sabe porque esta es una actividad de la que no se sabe tanto, pero España es uno de los líderes mundiales en extracción y producción de pizarra. No lo hemos sido desde siempre porque el Reino Unido ha gobernado este sector tradicionalmente pero ha agotado sus reservas en los últimos años. Ahora es el turno de la pizarra española, que no solo se está utilizando en la construcción de edificios de toda índole en el interior de nuestras fronteras, sino que también se está exportando a otros países, algo que hace posible que la economía española goce de una muy buena salud gracias, entre otras cosas, a esto.

Todavía tenemos un montón de reservas y tiene pinta, por tanto, de que vamos a seguir liderando un sector como del que estamos hablando de cara a las próximas décadas. Por ende, está claro que vamos a disponer de muchas ventajas a la hora de hacer posible que contemos con edificios que merezcan la pena, que sean una verdadera garantía en materia de seguridad y de habitabilidad. Hasta ahora, en España no habíamos destacado por esto, pero es el momento de que empecemos a conseguirlo de la mano de un material como la pizarra, que además de ser el más resistente que se puede usar en materia de construcción, es muy nuestro.

¿Alguien puede dudar de que la pizarra va a ser el material de referencia en la construcción del futuro en España? En un país en el que la vivienda de calidad es una prioridad para tanta gente, a las constructoras no les va a quedar más remedio que apostar por una vivienda de calidad, algo que a la gente le vaya a servir para disponer de la vida que merecen. Teniendo en cuenta el precio que se paga por una vivienda en buena parte de la geografía española, a nadie le puede sorprender que se exija calidad en los materiales que se reducen a la hora de levantar los edificios.

La seguridad y la confortabilidad son los aspectos que merecen ser considerados como fundamentales a la hora de vivir en un espacio. Y la pizarra es uno de los materiales que más va a hacer para que eso sea así. Es evidente que su resistencia es tremenda y que no hay nada ni nadie que pueda discutir esto. Todos los constructores de edificios saben que es un material que le otorga un extra de calidad a los edificios que levantan y ese es el motivo por el que cada vez nos encontramos con más viviendas que cuentan con pizarra en alguno de sus atributos.

Dentro de algunos años, va a ser todavía más clara la prevalencia de un material como la pizarra en muchos de los edificios y viviendas que pueblan nuestras ciudades y pueblos. Es una suerte tremenda que seamos un país de referencia en lo que tiene que ver con la producción de este material y que, por tanto, tengamos una mayor facilidad para conseguirlo. Habrá otros aspectos en lo que no tengamos tanta suerte, pero disfrutemos de que en esto sí que contamos con ventaja.

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