Tradicionalmente, la construcción se ha visto como un trabajo sin cualificar. Algo que en lo que podía trabajar cualquier persona aunque no tuviera la ESO En la actualidad, debido a la especialización que hay en el mundo de la construcción y la reforma, las empresas buscan trabajadores especializados para realizar trabajos de calidad.
La especialización en la construcción siempre ha existido. Además del clásico paleta (peón de la construcción) siempre ha habido trabajos especializados como los encofradores o los alicatadores, en los que si eras bueno y tenías experiencia, nunca te iba a faltar trabajo.
Hoy, las empresas buscan trabajadores formados antes de contratarlos. Lo hacen porque si no conocen el oficio, van a tener que formarlos ellas. Formar un buen trabajador cuesta años. Tiempo en el que la empresa está perdiendo dinero porque el trabajador no está en condiciones de rendir lo que se espera de él.
Aunque para trabajar en muchos de los puestos de la construcción no se requiere una titulación específica, muchas empresas priorizan contratar trabajadores con F.P. frente a quien no lo tiene.
Orientar la formación hacia el sector de la construcción es una apuesta segura. Este es un sector con una alta inserción laboral. Un estudiante con un grado de F.P. relacionado con la construcción no va a tener problemas para encontrar trabajo.
Estos grados incluyen prácticas en empresas y, con frecuencia, la propia empresa contrata al estudiante una vez ha obtenido el título si le ha gustado su forma de trabajar.
La página web Fundación Laboral de la Construcción habla de las titulaciones de F.P. más requeridas por las empresas del sector. Estas son algunas de ellas:
Grado básico de reforma y construcción.
Este es el grado elemental que prepara al alumno para trabajar como peón de albañil, como ayudante de alicatador, ayudante de yesero, ayudante de escayolista, peón especializado, etc.
Tiene una duración de dos años y se requiere que el alumno tenga 15 o 16 años como mínimo y que haya concluido 3º de la ESO.
Con este grado se tiene un nivel de formación superior al que se tendría un chico sin ninguna experiencia previa.
Ignacio Soler, jefe de obra, me comenta que uno de los problemas que hay en el sector, y mucho más entre chicos sin experiencia, es que no saben leer un plano. Necesitan alguien detrás que le diga lo que tiene que hacer. Este es un problema que se resuelve en gran medida con una formación de F.P.
Otro de los problemas que aprecia Ignacio Soler es la formación en riesgos laborales. El trabajo en la construcción es un trabajo peligroso, que entraña riesgos para la salud. Hay una alta probabilidad de sufrir un accidente de trabajo.
En los cursos de F.P. se alecciona a los estudiantes sobre los posibles riesgos que van a encontrar en las obras, se les enseña a usar los E.P.I. (Equipos de Protección Personal) y se les orienta sobre cómo actuar frente a cualquier accidente. Algo que ofrece seguridad al empresario que le va a contratar.
Técnico en rehabilitación.
Este es un grado medio. Para cursarlo es necesario haber superado el grado básico. Con esta titulación ya te preparan para trabajar como obrero especializado: alicatador, soldador, escayolista, técnico en revestimientos, etc.
Una de las características que tiene el sector de la construcción es que se encuentra altamente especializado. Así nos lo cuentan los técnicos de Cubiertas Estévez, una empresa madrileña con más de 25 años de experiencia que se dedican en exclusiva a la instalación y reforma de cubiertas y tejados.
El trabajo que se realiza en la reforma de un tejado es diferente al que se realizaría levantando un falso techo dentro de una habitación. El operario necesita conocer los materiales y saber cómo actuar en la reforma de los diferentes tejados.
Siguiendo con el ejemplo de los tejados, se han introducido innovaciones como los paneles sándwich o el ondulín bajo teja que hay que saber cómo manejarlo e instalarlo.
Las empresas de reformas integrales tienen en nómina o subcontratan a trabajadores especializados para ofrecer un servicio impecable a los clientes. Esa especialización se adquiere, en muchos casos, mediante una formación de grado medio de F.P.
Energías renovables.
Este es un nicho que ha alcanzado una gran relevancia en España y en Europa estos últimos años. Para trabajar en él es necesario tener un grado superior de F.P. Este grado se cursa habiendo terminado el bachillerato.
Nuestro país está comprometido con la Agenda 2030, que pretende reducir el consumo de combustibles fósiles y priorizar el uso de energías renovables.
Según indica la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en el año 2023 se crearon 84.545 instalaciones de autoconsumo solar residencial en España. Es decir, los famosos paneles solares que se colocan en el tejado de los edificios para generar energía eléctrica captando los rayos del sol.
Esto es solo a nivel doméstico. En Alemania hay edificios públicos que se autoabastecen al 100% por medio de paneles fotovoltaicos. Un ejemplo que se está intentando emular en España.
La energía solar es solo la punta de lanza de las energías renovables. Hay más formas de generar electricidad aprovechando los recursos de la naturaleza, como la energía eólica y la energía mareomotriz.
Para construir estas instalaciones y mantenerlas se requieren trabajadores especializados que tengan conocimientos precisos en este sector tan novedoso e importante para la sociedad.
Riesgos laborales.
Otro de los profesionales especializados que se están demandando en el sector de la construcción son los técnicos en prevención en riesgos laborales.
Este trabajo solo se puede ejercer con un título oficial del grado superior de F.P. en prevención de riesgos laborales y medioambientales. Para estudiarlo es necesario haber terminado antes el bachillerato.
Las tareas más importantes de un técnico de riesgos laborales en una empresa de construcción son las siguientes:
- Evaluación de riesgos. El técnico debe inspeccionar la obra para detectar posibles peligros para los trabajadores y analizar riesgos como las caídas en altura, posibles derrumbes, posibles golpes con maquinaria o herramientas, exposición a sustancias peligrosas, etc.
- Elaboración del plan de riesgos laborales. Es el técnico en riesgos laborales el que elabora el Plan de Prevención de Riesgos de la obra y el que establece los protocolos de seguridad y las medidas a realizar para proteger la salud de los trabajadores.
- Cumplimiento de la normativa. El técnico asegura que la empresa cumple las directrices marcadas por la Ley de Prevención de Riesgos Laborares y se cuida de que los trabajadores tengan la formación adecuada, en materia de seguridad, para realizar determinadas tareas que entrañen un peligro para su salud o la de sus compañeros.
- Formación de los trabajadores. En este sentido, el técnico en riesgos laborales impartirá charlas y cursillos de seguridad para que los trabajadores de la obra sigan las medidas de seguridad que atañen a sus puestos de trabajo, y realizará simulacros de emergencia para preparar a la plantilla ante posibles accidentes.
- Supervisión de los EPI y de las medidas de seguridad El técnico controlará que todos los operarios tengan los Equipos de Protección Individual adecuados y que los utilicen correctamente. Al mismo tiempo, supervisará que se coloquen las medidas de seguridad oportunas como redes anti-caídas, barandillas de seguridad y señalizaciones de peligro.
- Investigación de accidentes de trabajo. En el caso de que se produzca un accidente de trabajo, el técnico deberá investigar las circunstancias en las que se ha producido y elaborará un informe estableciendo responsabilidades.
- Coordinación con los otros responsables de la obra. Ajustándose a sus competencias en materia de seguridad, el técnico deberá coordinarse con los jefes de obra, los arquitectos y los encargados de personal, para que sus instrucciones se lleven a delante.
Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, toda empresa con más de 10 trabajadores debe tener un técnico de riesgos laborales en plantilla. Para obras en las que trabajen varias empresas o autónomos se debe designar un coordinador conjunto en seguridad.
Este es, por tanto, un trabajo técnico con gran demanda en la construcción.
Modelador BIM.
Uno de los trabajos especializados que han aparecido en el sector de la construcción es el de modelador BIM. Un técnico capaz de transformar los planos de un arquitecto en un modelo de datos informático que genera una réplica del proyecto en 3D.
Este nuevo puesto de trabajo técnico se ha podido desarrollar gracias a los avances informáticos aplicados a la construcción. De hecho, el modelador BIM debe saber manejar programas como Autodesk y Revit.
Para trabajar como modelador BIM es preciso tener conocimientos avanzados sobre construcción y arquitectura. De poco te sirve manejar un software de este tipo si no sabes cómo se va a construir el edificio.
El modelo BIM no solo es práctico para ver en tres dimensiones el proyecto de la obra, sino que es útil para planificar presupuestos, calcular costes y organizar la obra en su conjunto.
El título de modelación BIM es un grado superior de F.P.
Estas son, a grandes rasgos, las aplicaciones de la Formación Profesional al sector de la construcción.


