Si hace poco te compraste en Exportcave algunas de sus exclusivas copas de vino o decantadores, si hace poco te hiciste con una de las famosas panificadores que tanto anuncian por la tele, si vas mucho al mercado a buscar todo lo fresco y ves que en todo este tipo de ocasiones tu hijo siempre está detrás, es posible que tengas a un nuevo master chef en casa. Y es que no debemos ver como algo raro que los más pequeños se fijen en este tipo de cosas y las disfruten. Todo lo contrario, debemos animarles y motivarles todavía más para que desarrollen sus gustos y aficiones.
Está claro que la cocina no es un lugar sencillo para los niños, ya que muchos de los objetos y de las herramientas que allí utilizamos pueden tener un peligro intrínseco para ellos si no les enseñamos a usarlos o si lo hacen mal sin nuestra supervisión. Pero a la vez es un espacio que a muchos les entretiene y les relaja, que les divierte y les anima a fomentar su creatividad.
Hoy en este artículo queremos hablaros de esto mismo, de que observéis las aficiones de vuestros hijos y que estas no caigan en saco roto. Y es que cuando pensamos en aquello de qué quieren ser los niños de mayores, especialmente refiriéndonos a aquellos que tenemos en casa y a los que les exigimos siempre por encima de la media, solemos atribuirles profesiones que pensamos que son de prestigio, aquellas que requieren de un paso por la universidad, como una ingeniería, una carrera de salud como Enfermería o Medicina, pero lo cierto es que hay muchas más salidas profesionales que las ligadas a la ya tan machacada titulitis que tenemos en España.
Las que tienen que ver con la hostelería forman un gran abanico donde poder centrar a nuestros hijos y con las que conseguir un estupendo éxito profesional. La rama de la hostelería es muy rica a la hora de las salidas laborales y cada vez se está profesionalizando más el sector. Si nos fijamos bien en los currículos de los cocineros, estos salen ahora de importantes escuelas de cocina que dan formación pero también prestigio a la hora de contratarlos. Asimismo, ocurre algo así con los directores de hoteles. Y en España tenemos muy buenas escuelas en este sentido a las que vienen estudiantes de todo el mundo por su calidad y reconocimiento. Sin ir más lejos, a las afuera de Santiago de Compostela está el Centro Superior de Hostelería de Galicia, donde hay casi tantos alumnos internacionales como de la tierra.
La formación profesional en España nos abre muchas puertas en este sentido para orientar a nuestros hijos. Podemos encontrar módulos en los que aprender la profesión de panadero hasta pastelero, pasando por cocinero, etc. Pero está claro que si queremos darle un buen futuro, debemos apostar por las buenas escuelas de pago, aquellas a las que prácticamente van las empresas todos los días en busca de los mejores talentos de cada promoción.
Aunque a priori invertir este dinero pueda parecernos una barbaridad, debemos sopesar que se trata de una forma de garantizar las mejores expectativas para nuestros pequeños en un mundo cada vez más competitivo. Y además, aunque asociamos los sueldos de este sector a aquellos de los camareros temporeros que campan por los bares de la costa con salarios de menos de mil euros, la verdad es que los buenos profesionales de la industria hostelera son muy demandados y cobran en función de su especialización.
En definitiva, que como os decíamos al principio, dejad que los niños entren en la cocina si disfrutan con ello y potenciad estas aficiones, ya que en un futuro pueden convertirse también en una estupenda manera de ganarse la vida.