Los beneficios de los viajes escolares

Si bien es verdad que los niños necesitan de una estabilidad y una rutina para poder centrar sus esfuerzos y poder así focalizar su atención en un punto concreto evitando que se desconcentren, también es verdad que cuando les damos algo nuevo captamos su atención, les ayudamos a pensar de manera diferente, a ser más divergentes, e incluso hay estudios que demuestran que los niños aprenden más de la experiencia propia activa que de los libros de texto así que, ¿por qué no hacer viajes y excursiones de estudios de vez en cuando? Veamos sus beneficios.

Tener a un profesor de ciencias frente a ti dibujando una mariposa para enseñarte qué partes la conforman puede resultar interesante para unos cuantos pero, la gran mayoría, prestaría mucha más atención si estuviera en el campo intentando avistar mariposas reales. Está totalmente comprobado que los niños atenderían mucho más a la explicación del profesor si éste fuese creativo, original y si les ayudase a comprender el mundo real, tangible, en base al contexto que les rodea y no en base a unos libros con un temario soporífero.

El aburrimiento en clase lleva  a los niños a divagar, a caer en ensoñaciones, a hablar con sus compañeros y a dibujar en sus cuadernos… cualquier cosa antes que seguir aburridos escuchando al profesor de la materia. Pierden el interés y acaban estando más atentos a cualquier otra cosa que pase a su alrededor. Sin embargo, mientras que esas clases están relacionadas con el lento aprendizaje del grupo, las clases amenas, activas y más participativas consiguen justo lo contrario: niños atentos, aprendiendo mientras se divierten e intercambian opiniones. Y ese es precisamente el mismo resultado que obtenemos con los viajes y las excursiones escolares.

Durante los viajes, los niños tienen la oportunidad de ver in situ muchas de las cosas que han estudiado, por ejemplo en el campo, en los museos, en el zoológico e incluso en un parque de atracciones siempre y cuando el profesor sea lo suficientemente inteligente como para utilizar la moderna montaña rusa con el fin de demostrar qué es una espiral.

Aprender divirtiéndonos

En España contamos con muchísimas empresas especializadas en este tipo de servicios, pero no todos los colegios están dispuestos a ofrecer la posibilidad a sus alumnos de disfrutar de esas excursiones. Según algunos colectivos, es por culpa del sistema actual de enseñanza. Los colegios españoles no están preparados para realizar según qué actividades que los centros de enseñanza de otros países europeos sí ofrecen, y esto es por la sencilla razón de que han de limitarse a un temario cerrado, a un plan de estudio que coarta la creatividad del profesor para enseñar.

Ocio Aventura Cerro Gordo organiza viajes de fin de curso multiaventura, campamentos de verano multiaventura y actividades para excursiones escolares mediante las cuales se promueve el compañerismo, el respeto y la responsabilidad al tiempo que se busca trabajar la psicomotricidad de los niños. Todo eso mientras disfrutan y se distraen. Según los profesionales de esta empresa, cada vez son más los colegios que contratan sus servicios. Por regla general los profesores ofrecen clases activas en la naturaleza como primera parte de la jornada para luego pasar a disfrutar de alguna de sus actividades. Sin embargo, aún estamos muy por debajo de la media europea, donde los colegios ofrecen un mínimo de dos salidas al año y una media de 6 excursiones escolares anuales, llegando a tener, en algunos casos, más de 10.

También suele ser una fantástica idea alojar a los niños en casas rurales como Cortijo el Sapillo, donde pueden organizar jornadas en las que se alternen actividades lúdicas como tirolina o paseos en bicicleta, con otras más educativas: senderismo con guía, espeleología e incluso pesca.

Los viajes de campo son una gran manera de romper la rutina, de terminar un tema aburrido o de traer vida a algo que se ve particularmente difícil. También da a los niños la oportunidad de conocerse e interactuar en un ambiente más relajado, sin la presión de las calificaciones o las restricciones de las clases. Pero lo más importante, es que con este tipo de excursiones podemos llevar a la práctica todo el conocimiento aprendido en casi todas las materias. Podemos hacer una excursión donde se deba hablar inglés en todo momento, o una excursión donde hagamos experimentos científicos junto a nuestro profesor, o una excursión donde veamos una obra de teatro con valores educativos y canciones que luego podamos analizar en clase de música o de lengua y literatura…. Todo dependerá de la creatividad del profesor o de la libertad de planificación que el colegio le dé, peo sea como sea, la realidad es que las excursiones son beneficiosas y depende de nosotros, como sociedad, saber utilizarlas o no.

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