A todos los peques les disgusta que su mami y su papi discutan, se sienten tristes y lo pasan muy mal, y muchas veces sienten que el enfado entre ambos es por su culpa. Esto no es cierto, pero esta percepción es común entre los niños y niñas, sobre todo cuando las discusiones suben de nivel y hay gritos, golpes e insultos varios. Es cierto que todas las parejas discuten y que no existen relaciones perfectas. Pero lo que no se puede hacer es tener la bronca delante de los nenes. Las salidas de tono, los comentarios hirientes, no siempre es fácil evitarlos, pero por el bien de los niños y las niñas, hay que evitaros en la medida de lo posible, sobre todo en su presencia.
Todos los niños y niñas quieres un hogar feliz
Evidentemente a todo el mundo le gustaría que en sus hogares reinase la paz y la armonía, pero a veces es imposible. Algunas relaciones se vuelven insanas, malas y peligrosas y la vida en común se torna un auténtico infierno para padres/madres e hijos/hijas. Cuando los enfados ya no son una cosa anecdótica, cuando se convierte en la norma, en el día a día la relación, entonces es mejor cortar. Así lo recomiendan en Trámites Fáciles Santander, un despacho de abogados especializados en divorcios, entre otras cosas. Aquí asesoran a todos y cada uno de sus clientes para que el proceso de divorcio transcurra sin ningún problema y de la manera más rápida y sencilla posible. El despacho nace en el año 2003 de la mano de su fundador, el letrado Eduardo Bra de la Rosa, y desde entonces presta sus servicios de asesoramiento jurídico en los diversos ámbitos del Derecho.
Por qué surge el conflicto
Todas las personas sin diferentes, tienen deseos, opiniones, valores, prioridades y necesidades diferentes, y en ocasiones, esas pequeñas, en un principio, diferencias, se convierten en obstáculos insuperables. La reconciliación en ese punto ya no es posible y es necesario poner fin a la relación.
En otros casos, en cambio, las diferencias, las críticas, son asumidas con total respeto y las discusiones no pasan de ser un enfrentamiento, un cruce de opiniones que suele superarse de manera amistosa. A veces, los enfados pueden durar más que otras, pero todo termina por superarse. Además, discutir no tiene nada malo, ayuda a conocerse a uno mismo y a conocer al otro, a liberar tensiones y puede ser una estrategia muy sana que posibilita un relación duradera.
La comunicación es fundamental, aseguran en Terapias Psi, en Barcelona, especializados en terapia de pareja, donde expertos psicólogos especializados en Gestalt, ayudan a sus pacientes a superar situaciones difíciles, gestionar sus emociones, y lograr una vida plena y relaciones sanas. Aquí, muchas parejas han encontrado la solución a sus problemas y a día de hoy han podido recuperar la felicidad perdida.
Porque si los padres/madres no saben comunicarse, no son capaces de resolver el conflicto, al final, el mal rollo se cronifica, y el patrón de conducta se repite una y otra vez, como un círculo sin fin. Las faltas de respeto y las salidas de tono varían según los casos: gritos, humillaciones, insultos, la intimidaciones, las amenazas, la violencia física o verbal, comportamiento destructivo… Y, ojo, esto ocurre con más frecuencia de lo que parece, muchas veces no es visible y ocurre incluso en las familias que parecen más perfectas.
Cómo afecta el conflicto a los más peques
El conflicto entre los progenitores afecta, inevitablemente, a los niños y niñas, produciendo un impacto enormemente negativo en su salud mental. Cuando los niños experimentan continuos enfrentamientos, los peques acaban por desarrollar una conducto autodestructiva. Y esto sucede tanto si el padre y la madre siguen juntos, como si ya han decidido separarse.
Los peques son fuertes, se adaptan a los cambios y son capaces de superar situaciones muy difíciles. Pero lo que no pueden soportar, lo que daña sus pequeñas mentes, son los gritos, las humillaciones, los insultos, las constantes faltas de respeto. En ocasiones, estas situaciones se normalizan y son repetidas por los hijos en la edad adulta. Como consecuencia, el niño, la niña, presentan serias dificultades para tener relaciones normales.
