Mi hija Lena, hasta los 11 años, fue una niña y una estudiante ejemplar. Le encantaba aprender, ir al colegio y juntarse con sus amigas durante el recreo y después de las clases para charlar y reírse un rato con ellas. Eso era antes de mudarnos de casa tras haber sido yo –por cuestiones laborales- trasladada a más de 120 kilómetros del lugar en el que vivíamos hasta entonces. ¡Nunca me hubiera podido imaginar lo que iba a suceder a raíz de aquel acontecimiento! Obviamente, tuvimos que cambiar a nuestra hija de colegio. Y a partir de ahí, fue cuando empezaron los problemas… Hoy, lo pienso y si no hubiera sido gracias a la ayuda de los abogados expertos en acoso escolar de la firma Durán & Durán Abogados, ¡no sé dónde estaría mi hija en la actualidad! Me fueron de gran ayuda y apoyo en todo momento. Pues, hay que saber que el acoso escolar que se va repitiendo día tras día hace que el niño o la niña sufra una situación de injusta indefensión, de una marginación e incluso de una percepción de su imagen personal propia muy por debajo de lo deseable que merma su autoestima y haga que ésta se quede por los suelos y que surjan graves e importantes problemas psicológicos.